domingo, 7 de junio de 2015

Geniecillo maligno


                                          Descartes:                                         




He decidido hacer esta entrada ya que este personagillo de Descartes me pareció muy curioso.
Comenzaré con una breve introducción de Descartes: 
Descartes fue un filósofo de las corrientes del empirismo inglés y del racionalismo continental, de la primera mitad del siglo XVII, marcado por el cambio de paradigma de la Filosofía Moderna (ya que la Filosofía Escolástica estaba en declive).
Esta filosofía defiende la razón como fuente fundamental del conocimiento (autonomía de la razón) esto implica que ella es la que se pone sus propios límites y juzga lo que es verdadero y lo que no, tanto en el ámbito del conocimiento teórico como en el práctico. 
En el racionalismo hay una confianza absoluta en la razón humana, sólo puede engañarse cuando se fía de la "experiencia ingenua", pero no cuando sigue los principios de razón; el mundo tiene una estructura racional (matemática) y un lenguaje racional y la utilización del métodos matemático como una evidencia que deduce todos los conocimientos.
Y ahí es donde entra en juego nuestro rebelde geniecillo. En el proceso de duda de Descartes, en el que aplica la duda a todo par poder llegar a una verdad evidente, puesto que considera que todo filósofo debe replegarse sobre sí mismo y derrumbar todas las ciencias admitidas hasta entonces y reconstruirlas. 
Nos dice que podemos dudar de la experiencia externa y de la experiencia interna, pero no de las matemáticas ni de que eres una casa pensante (no dudas de que dudas).


Sin embargo hará una nueva suposición: la hipótesis del geniecillo maligno. El origen del problema reside en la omnipotencia absoluta de Dios y duda de si tiene el poder de alterar las leyes de la matemática y de la lógica, que es posible que un geniecillo todopoderoso nos engañe cada vez que sumamos dos mas tres. En este caso dicho Dios puede engañarnos en todo conocimiento que hasta ahora creíamos seguro.
La pena es que al final acaba rechazando esta hipótesis ya que dice que si Dios es perfecto, es bueno, y si es bueno no nos engaña.
En mi opinión todo nuestro conocimiento se encuentra en nuestra mente, la cual no es perfecta, por lo cual cada uno de nosotros podemos tener en ella nuestro propio genecillo, el cual tiene similitudes con el resto de geniecilos lo que nos hace asegurar que lo que pensamos es cierto. 











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